A mis catorce y juveniles años yo tenía una estatura superior a la media (situación que se sigue dando pero ahora acompañado con una sexi y varonil pancita), lo que hacía que mis parejas, todas mujeres varias cabezas mas pequeñas que yo, se tuvieran encaramar y apoyas sus brazos sobre mi cuello , muchas parecían que estuvieran elongando más que bailando. A esta situación tragicómica hay que agregarle mi coordinación digna de borracho que hacía que las damitas hicieran unas muecas faciales poco femeninas y menos a tan pocos centímetros mis ojos de sus rostros. Aunque los tiempos no fueran lo ideal era una moda digna de recordar.
Los dejo con esta campaña de Doritos inigualable.
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